jueves, 21 de febrero de 2013

Imposible o Improbable.


Puesto a escoger, a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo.
La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la ética. Que David ganara a Goliat era improbable pero sucedió.
El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables.
Porque lo improbable es por definicion probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar.
Mientras alla una posibilidad, media posibilidad entre mil milones de que pase, vale la pena intentarlo

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